HOMENAJE A LIZARRALDE – LA SELECCIÓN VASCA EN VALLADOLID

Corría el año 1976, concretamente el 13 de agosto, en plena pretemporada, cuando a un jugador fijo en las alineaciones del Real Valladolid de esa época, Lizarralde, le llega el turno de colgar las botas y para su partido homenaje elige como rival a un combinado o Selección Vasca.

Lizarralde nació en Legazpi (Guipúzcoa), localidad situada en la comarca del Goyerri,(Goierri), enclave tradicional del nacionalismo vasco radical. Inicio su trayectoria deportiva en el desaparecido Induachu, club en el que se proclamo máximo goleador de 2º división, ficho posteriormente por el  Sevilla, dónde siguió destacando con un excelente goleador, ayudando al club andaluz a mantener la máxima categoría en la promoción disputada ante el Sporting de Gijón en el año 1967 marcando un gol a la postre decisivo.  En la temporada 1967-1968 se incorporó a las filas del Real Valladolid,  junto a otros dos jugadores del equipo sevillista, Román y Moya. Todo ello enmarcado en  la operación de venta al club hispalense del medio centro vallisoletano Fernando Redondo. En el Real Valladolid  permaneció hasta su retirada en la campaña 1975-1976,  A pesar de jugar de interior logró marcar en las 9 temporadas en las que vistió la camiseta pucelana, 70 goles en partidos de liga. Siempre jugó con el 10 a la espalda, siendo capitán del equipo durante seis temporadas. Cabe destacar la campaña 73-74 en la que Lizarralde consiguió 21 dianas. Solo una fatídica racha de lesiones les impidió continuar su carrera futbolista durante algunos años más. Lizarralde  al que siempre le quedo la espinita de no ascender con el Real Valladolid a 1ª división, así como el recuerdo amargo del descenso a 3ª fue sin lugar a dudas fue el prototipo de jugador de club.

La elección de la Selección Vasca para su partido homenajes no fue casual, en muchas entrevistas realizadas en la época, Lizarralde reconocía la ilusión que le hacía jugar este partido, para a posteriori confesar, el miedo que tuvo a que el Estadio José Zorrilla no presentase una buena entrada, y como se emociono cuando saltó al campo y vio las gradas repletas, lo que recuerda como uno de los momentos más emotivos de su paso por nuestra ciudad.

Hay que apuntar que esos años eran numerosa la colonia vasca en nuestra ciudad, ya que no existía Universidad Publica en Euskadi, solo se podía cursar estudios superiores en la Universidad de Deusto, regentada por Padres Jesuitas, de costo muy elevado para las clases medias y populares. La más próxima y prestigiosa era la de Valladolid. Esta presencia se hacía notar en las calles y en el ambiente de zonas de bares de tapas de la época como por ejemplo la plaza de San Juan y alrededores,  y como no también se hizo notar en este partido, con sus cánticos y banderas.

La Selección Vasca o de Euskadi, se fundó en el año 1915, pero cuando alcanzó fama y renombre internacional, fue durante los años de la Guerra Civil, en los que recorrió con éxito deportivo y numerosas vicisitudes extra-deportivas Europa y América, llegando a participar en el Campeonato de Liga Mejicano quedando sub-campeona.

Al termino de la contienda, no se volvió a hablar de Selección Vasca hasta el 21 de febrero de 1971, fecha en la que el País Vasco y Cataluña jugaron un partido en San Mamés a beneficio del árbitro Juan Gardezabal, quien había fallecido trágicamente un mes antes.

El siguiente partido de la Selección de Euskadi fue el disputado en Valladolid, como homenaje a Lizarralde. La Selección Vasca, que vistió de verde con los colores de la ikurriña en el brazalete del capitán: Iríbar,  presento una alineación de autentico lujo: Iríbar, Lasa, Gorriti, Uranga, Maneiro; Zubiaga, Uriona, Astarbe; Amuchastegui, Lavín y Boronat. También jugaron:  Urritikoetxea (portero suplente), Urrutia, Baños, Murua, Melchor y Saíz.

Por el Real Valladolid saltarón al terreno de juego: Llacer, Salvi, Docal, Santos, Amarillo; Puig-Viñeta, Landáburu, Lizarralde; Vicente, Rubén Díaz y Toño.

El partido tuvo momentos de autentica emotividad, desde los prolegómenos  con aplausos interminables para el homenajeado, quien no podía contener la emoción en su rostro,  carretes y carretes de fotos de los niños, entre los que me encontraba, con sus ídolos, sobre todo con Iríbar, hasta el final con ovación atronadora para Lizarralde, aunque el resultado fuera lo de menos, apuntar que ganó el Real Valladolid,2-1, con dos goles de Landáburu, marcando el tanto vasco Baños, anulándose un gol a Lasa por una falta técnica dudosa, que el equipo vasco protesto airadamente, como si de una partido oficial se tratase lo cual dio más competitividad al choque. Las crónicas de la época hablaron del combinado Vasco como preludio del renacimiento de la Selección de Euskadi, -hecho que ocurriría de modo semi-oficial en agosto de 1979,  en San Mamés, frente a Irlanda, con Iríbar como capitán disputando su último partido internacional-,  tras haber jugado un partido en Madrid en 1977, frente al Atlético de Madrid, como homenaje a Gárate, y otro frente a U.R.S.S. en 1978 con una selección b.

Así, curiosamente, Valladolid fue escenario de un partido muy especial por diversas razones, que permanece en la memoria de muchos aficionados.

Carlos Ramírez.


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