Exitosa Exposición en Medellín (Antioquia) Colombia

En un país, y sobre todo en una región, donde hablar acerca de erotismo es algo tabú, el Museo de la Universidad de Antioquia -MUUA- inauguró el pasado martes 31 de mayo, su exposición Falos y vaginas. Más de 2.000 personas recorrieron los siete espacios que componen la muestra y disfrutaron de los performances programados.

Desde antes de su inauguración la exposición ya estaba en boca de todos, pues la campaña de expectativa hizo saber que Falos y vaginas es un espacio donde se presenta sin tapujos a los órganos del placer, eso sí, representados en pinturas, cerámicas, esculturas y fotografías. Esta exposición ha dispuesto también espacios donde se supone un repaso histórico del erotismo y un encuentro con la ciencia.

Según Diego León Arango, director del Museo Universitario, su misión, como museo, está centrada en el conocimiento, y es por eso que la exposición Falos y vaginas quiere crear oportunidades de diálogo para la construcción de nuevos sentidos e interpretaciones alrededor del tema.

La exposición está dividida en siete espacios.

Hall del primer piso, es la introducción al cuerpo humano, donde puede observase la fisiología y morfología de los órganos sexuales femenino y masculino.

En la Sala Patrimonial, es para la historia de las representaciones de falos y vaginas, un recorrido histórico por las maneras de observar y representar el pene y la vulva en diferentes épocas y culturas.

En la Sala Principal, es la muestra de Ciencias Naturales, donde se observa, mediante un montaje dinámico con animales naturalizados, los órganos sexuales y el proceso reproductivo de diferentes especies.

Hall del segundo piso, es la muestra de piezas antropológicas, para reconocer la representación erótica y sexual de las culturas prehispánicas.

En la sala de exhibición del segundo piso, un espacio para adultos, que ofrece un recorrido por la temática del género y las identidades.

Hall del tercer piso, con obras de varios artistas invitados por el Museo Universitario, con temáticas asociadas a la genitalidad y el erotismo.

Hall del cuarto piso, con pinturas, fotografías, instalaciones, entre otras expresiones, seleccionadas por la convocatoria pública realizada por el MUUA para esta exposición.

“Cuerpo, deseo y erotismo” será el ciclo académico y cultural de la muestra, que estará alimentándose con diferentes actividades durante el tiempo que esté disponible la muestra. Comenzará el 1 de julio a las 4:00 p. m. con la conferencia “Del falo al ego, del macho al hecho”, que dictará el artista Jorge Torres. También se programarán diferentes películas relacionadas con el tema, se realizarán seminarios, y los talleres y visitas del Museo estarán relacionados con la exposición.

Para quien esté interesado en visitar la exposición, el ingreso al MUUA será de 8:00 a. m. a 6:00 p. m., de lunes a viernes, y los sábados de 9:00 a. m. a 1:00 p. m.

Diego León Arango Gómez, Director del Museo Universitario 

Falos y vaginas: representaciones, cultura, diálogo, reflexiones…

Entrevista con Diego León Arango Gómez, Director del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia (MUUA), a propósito de la inauguración de la exposición “Falos y vaginas”.

“Falos y vaginas” es la segunda exposición temporal del año que realiza el MUUA. Se inauguró el 31 de mayo de 2011 a las 6:30 p. m., con una asistencia record (más de 2.000 asistentes). La exposición busca integrar piezas de las colecciones de Antropología, Ciencias Naturales, Historia y Artes Visuales, con obras aportadas por artistas invitados y seleccionadas a partir de una convocatoria pública. La muestra propone una reflexión que se articula con el ciclo académico, cultural y artístico titulado “Cuerpo, deseo y erotismo”, que se realiza de manera simultánea y complementaria a la exhibición. La muestra está distribuida por los cuatro pisos del museo y puede observarse de lunes a viernes de 8:00 a. m. a 6:00 p. m. y los sábados de 9:00 a. m. a 1:00 p. m.

“Falos y vaginas” pretende mostrar los diferentes representaciones de los penes y las vulvas en distintas culturas, ¿de dónde surge la idea de hacer exposiciones temáticas de este tipo?

El Museo Universitario quiere estar a la par de los procesos de vanguardia e investigación que busca la Universidad y constituirse en un laboratorio de cultura, donde converjan diferentes puntos de vista a partir de un tema elegido y que sea de interés de la comunidad. Quiere ser un museo vivo, renovado, con capacidad de articular y proponer nuevos sentidos. Quiere convocar la comunidad académica a la reflexión y ser un puente entre los gestores del conocimiento y el público en general. Los temas que se proponen para cada exposición buscan ser de actualidad y se pretende abordarlos con enfoque pluridisciplinario, propio del quehacer académico de la institución. Cada exhibición pone en juego elementos de la cultura material que la institución ha coleccionado durante más de sesenta años, producto de la investigación y la vida académica. Pero la acompaña con un ciclo cultural donde académicos, expertos e investigadores debaten sobre el tema propuesto. “Falos y vaginas” es un tema provocador, pero surge justamente de esta dinámica.

Trabajar con un tema que parece tan natural pero que está lleno de tabúes implica riesgos. Después de la investigación realizada para el montaje, ¿cuáles son los lineamientos que sigue la exposición con respecto a lo vulgar, lo pornográfico?

Todos sabemos cuán tenue es la línea que separa las representaciones de la genitalidad y la sexualidad humana respecto de lo vulgar y lo pornográfico, pero asumimos los riesgos. No obstante, nuestro interés se centra en exhibir variadas formas de la genitalidad animal y biológica y presentar diversas formas de su representación. No se trata de exhibir con el afán de escandalizar, sino de mostrar para informar. En una cultura donde prima el tabú, la información es de por sí subversiva. El conocimiento ayuda a espantar los tabúes, a desacralizar y desmitificar lo oculto y lo prohibido. Pero lo hacemos, de una manera que emocione y cause asombro. Por eso la puesta en escena, para ser interesante, incluirá diversos dispositivos museográficos, para crear ambientes y escenarios que amplifiquen la percepción.

En la exposición, la temática de la sexualidad se enfrenta, fundamentalmente, desde el conocimiento, pero sabemos que hacemos parte de una tradición occidental judeocristiana y que este contexto nos plantea un punto de vista estético y moral que filtra la percepción y la somete a sus arbitrios y normas. Los valores morales que nos rigen hacen del cuerpo una “cárcel del alma” y la ocasión del pecado. Para esta tradición, el cuerpo, nuestros genitales, sus usos y excreciones son lo pecaminoso, lo aborrecible, lo despreciable. Justamente, lo que hay que ocultar, negar, prohibir, reprimir, aborrecer, castigar y, si es posible, extirpar.

El Museo Universitario es visitado por público externo y grupos escolares. Teniendo en cuenta esta diversidad de públicos, ¿qué inconvenientes pueden surgir con esta temática?

El Museo ha tenido una vocación permanente por el conocimiento y dispone de montajes que ayudan a reforzar conocimientos que se dan en la primaria y el bachillerato. Pero el Museo no se puede restringir en la atención de este tipo de públicos. Somos un museo universitario y no un museo de escuela. Ahora bien, comprendemos que la exposición puede ofrecer imágenes y contenidos “fuertes” para público escolar, pero nos preguntamos ¿hasta cuándo vamos a seguir tapando los ojos de los niños y los adolescentes en los espacios públicos, para “evitarles” ver lo que no dudamos que conocen en otros ambientes de socialización o en internet? ¿Por qué no ser explícitos en ofrecer las imágenes, las representaciones, las formas cómo funciona la sexualidad y el deseo y dejar que el conocimiento ayude a su ilustración y formación? ¿Por qué hay que tapar una realidad con la que deben enfrentarse tarde o temprano? ¿Por qué no mostrarla desde el conocimiento y la historia, como una forma de contrarrestar los tabúes? Estas preguntas deberían devolverse a la comunidad. Nuestro afán es informativo, no especulativo ni escandalizador.

Al tocar este tema existen los peligros del lugar común y los clichés. ¿Cómo evitaron caer en lo ya visto, en lo esperado, y mostrar, por el contrario, un material que toque al espectador y le permita repensar los asuntos del falo y la vagina?

Una exposición tiene que combinar muchos elementos, no puede siempre estar mostrando lo más raro, lo más extraño, lo que nunca se ha hecho. El papel de un museo no es el del creador original que nunca repite. La apuesta de un museo es a crear oportunidades de diálogo para la construcción de nuevos sentidos e interpretaciones; sentidos que brotan de la cultura, de lo popular y lo corriente, pero que cuando se trasponen al espacio del museo, en relación con los demás contenidos, generan nuevas dinámicas y posibilidades. La museografía de un tema como éste debe proponer lecturas, sugerir narrativas, pero, fundamentalmente, brindar una mirada desde la óptica del conocimiento, para ayudar a descifrar los misterios de nuestro cuerpo, de nuestra sexualidad y de nuestra identidad: Es vernos abocados otras formas de lo real.

“Falos y vaginas” es una muestra de representaciones culturales, científicas, artísticas, antropológicas… Pero alrededor del tema hay múltiples disciplinas que tienen diferentes discursos, teorías, apreciaciones, y es por esto que la exposición se alimenta con un componente educativo alterno, denominado “Cuerpo, deseo y erotismo”. Cuéntenos un poco de este componente, recordando que para el MUUA, dentro de sus políticas actuales, es de gran relevancia el desarrollo de su Área Educativa y cultural.

Concebir un museo en términos contemporáneos, y en una universidad, es concebirlo como un laboratorio de cultura. Eso es un museo. Un espacio vivo que sirve de crisol a muchas formas de pensamiento y muchas maneras de abordar e interpretar la realidad. Como lo dice nuestro lema, el museo es un “Punto de encuentro para los sentidos y el conocimiento”. Por ello, entendemos cada exhibición como un hecho cultural de dos dimensiones: una, donde se muestra la cultura material de nuestros acervos patrimoniales; y otra, la de interpretación pluridisciplinar que producen los expertos, académicos e investigadores. Buscamos que desde lo material fluya la reflexión y el conocimiento, y en este caso, queremos el cruce de diálogos entre la historia del arte, la arqueología, la etnografía, la historia y las ciencias naturales.

Desde luego que el tema no se agota en la exhibición, porque ésta es apenas un detonante de sentidos y diálogos. Pretendemos que el museo sea el punto de convergencia donde los teóricos, los investigadores y los expertos lleguen y aporten sus visiones. La cultura material llega hasta cierto límite; más allá está la interpretación, que saca a la luz los sentidos de esas representaciones, de esas ideas de cuerpo, genitales y sus usos, para entender cómo los hombres tejen sus relaciones con los otros, las simbolizan y construyen sus mitos y explicaciones.

En “Falos y vaginas” se observan obras que son el resultado de una convocatoria pública que hizo el MUUA para artistas, artesanos, fotógrafos, estudiantes de artes. Ud. ha sido profesor, decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, investigador, y ahora director del museo. Con esta experiencia podría contarnos cómo ha sido la representación de falos y vaginas en nuestra ciudad, y cómo observa este tema en los artistas actuales, por ejemplo, en los seleccionados de la convocatoria.

En Medellín todavía estamos presos de una concepción judeocristiana que impone sus valores y creencias sobre el cuerpo y la sexualidad, pese a que estamos en la contemporaneidad. En nuestra la cultura percibimos prácticas que permiten el cruce y confusiones de los ámbitos privados y público, pero el espacio de la representación del cuerpo y sus órganos genitales aún hace parte del dominio de lo privado. Formas y prácticas del ámbito de lo privado quedan en el restricto dominio de lo individual y oculto; Las manifestaciones del cuerpo, su desnudez, la exhibición de sus genitales y usos se esconden. Esto es lo normal. La “patología” de lo normal inhibe y prohíbe cualquier comportamiento que exceda la esfera de lo privado.

No abogamos por una liberación per se, pero somos conscientes que esas determinaciones éticas y valorativas son infringidas por artistas que se arriesgan y enfrentan la censura, expandiendo el campo de nuestra percepción y de nuestra experiencia. Esta exposición, por ejemplo, pone en escena una obra de Patricia Bravo que fue rechazada y bajada de una exposición en Medellín, hace dos o tres años, lo que indica que todavía las imágenes de falos y vaginas resultan chocantes y difíciles de aceptar como obras de arte.

Para extendernos a otras visiones convocamos a estudiantes, artesanos y artistas de la ciudad para que presentaran propuestas novedosas que ampliaran nuestro horizonte. Queríamos integrar parte de esas nuevas búsquedas individuales sobre el desnudo, el cuerpo y los genitales, en la idea de una universidad abierta al diálogo, a otras visiones, a otros saberes y realizaciones de la comunidad.