La Épica del Tour:
Los aficionados al ciclismo y al deporte en general hemos tenido la suerte de vivir dos jornadas épicas, en la carrera ciclista por etapas por excelencia; Le Tour de France, unas jornadas inolvidables en las que los favoritos, con una carrera sin un dominador definido, ha dado toda un lección de pundonor y profesionalidad, agigantando aún más la leyenda de esta competición.
El Tour, llevaba unas semanas un poco anodinas, pero en dos etapas ha sufrido una metamorfosis total, los Alpes se presentaban como la gran oportunidad, para decidir la carrera, y no ha sido así totalmente, si bien ya solo quedan tres candidatos al triunfo final: el australiano Cadel Evnas, que está ante quizás su gran y última oportunidad de ganar la ronda gala y los hermanos Andy y Frank Schleck, con más posibilidades para el menor Andy. Si bien, quedando la contrarreloj del sábado, parece un poco más favorito el australiano, pero este año el Tour esta proporcionado grandes sorpresas, con lo que habrá que esperar.
Estas dos etapas vividas, han recordado las gestas de grandes del ciclismo, a mi particularmente me ha transportado a mi infancia, aquellas batallas que libraban los inolvidables, Eddy Merckx, Luis Ocaña, Joop Zoetemelk, Bernard Thévenet, Lucien Van Impe, José Manuel Fuente, Felice Gimondi, Freddy Maertens, Raymond Poulidor, Paco Galdos, Miguel Mari Lasa, Hennie Kuiper, posteriormente Bernard Hinault, Laurent Fignon, Gred Lemond, Perico Delgado, Ángel Arroyo, o más recientemente, Miguel Induráin, Claudio Chiappucci, Gianni Bugno, Jan Ullrich, Marco Pantani, Lance Armstrong y tantos otros.
El dominador actual de las grandes vueltas por etapas el madrileño Alberto Contador, no estaba en su mejor momento pero hoy ha hecho una demostración de garra y orgullo profesional, solo a la altura de los más grandes, estoy seguro que seguirá siendo el corredor a batir, en próximas ediciones del Tour, el asturiano Samuel Sánchez, enrolado en las filas del Euskatel Euskadi, un equipo muy especial desde su aparición en la escena profesional, que aporta un colorido único al Tour, por la legión de seguidores que le acompañan, ataviados con las camisetas naranjas, uniforme oficial del equipo y poblando e Ikurriñas las carreteras francesas. No quiero olvidarme del hasta hoy líder Thomas Voeckler, que sin ser un súper clase ha defendido su mallot hasta la última gota, y las exhibiciones ayer de Andy Shleck y hoy de Alberto Contador, aunque al final la etapa haya sido para Pierre Rolland, que a su ritmo y un poco agazapado ha conseguido la gloria de ganar un etapa en el Tour, la mítica Alpe D´Huez, algo impensable para un corredor de sus características. Andy hoy se ha vestido de amarillo y puede volver a dar a un país tan pequeño como Luxemburgo una gran alegría deportiva, pero el Tour sigue muy vivo y queda la etapa de mañana, así que a disfrutar, y lanzo un bravo por la profesionalidad de todos los corredores, a veces cuestionada, por quien en la vida no han realizado un mínimo esfuerzo para ostentar magníficos cargos institucionales. Enhorabuena esforzados de la ruta.