Las Pussy Riot, democracia y libertad de expresión.

Varias de las integrantes del grupo de punk-rock feminista ruso han sido condenadas a penas de cárcel por interpretar una canción en un recinto religioso contra las leyes y los métodos de Vladimir Puttin durante la pasada campaña electoral en Rusia. Este hecho ha provocado la solidaridad internacional del mundo de la música y de la cultural al que se han sumado entre otras personalidades Madonna y Paul McCartney. El caso, salvando las distancias, tiene similitudes con el ocurrido aquí hace unas décadas con el grupo de punk vasco Las Vulpes, cuya actuación en Televisión Española fue motivo de portadas y comentarios de fondo en diarios de doctrina ideológica católica como el ABC, su caso llego incluso a los tribunales si bien no hubo condena pero nunca más volvieron a tener la repercusión ni la fama que habían obtenido anteriormente y el grupo acabo disolviéndose.
Lo ocurrido con Las Pussy Riot, por otra parte, no es más que le reflejo de lo que acaece a diario en Rusia con varios movimientos opositores al partido en el poder, que han llegado a denunciar un posible pucherazo electoral, que son perseguidos y hostigados promulgándose leyes que impiden el normal desarrollo de sus actividades bajo la amenaza de fuertes condenas.
El régimen de la antigua Unión Soviética fue siempre duramente criticado, por las democracias occidentales, por la falta de libertades individuales el sistema democrático que se ha establecido en la nueva Rusia dista mucho de reunir todos los elementos esenciales de una democracia real tal como la venimos concibiendo en occidente desde hace décadas, claro que el estado actual de nuestros sistemas democráticos tampoco es como para tirar cohetes, con partidos que son elegidos democráticamente en las urnas con un determinado programa y llevan a cabo propuestas en sentido contrario por la presión de los mercados, o Gobiernos que se ven obligados a dimitir no por presión popular sino por el hostigamiento permanente de los agentes económicos supranacionales o instrucciones de estas características que son incapaces de dar respuestas satisfactorias a los problemas de su conciudadanos.
Las Pussy Riot no son más que el ejemplo de las frustraciones de muchos ciudadanos en Rusia u Occidente que asisten impávidos al devenir de los acontecimientos con la sensación de ser solo útiles para sus dirigentes cuando esta próxima una cita electoral y si esta situación se prolonga mucho en el tiempo, la democracia participativa tal como la hemos entendido en las últimas décadas desde luego sufrirá un daño irreparable y asistiremos al resurgir y nacimiento de partidos y formas de Gobierno que creíamos superadas para siempre.

Carlos Ramírez

*Desde ASOFED queremos mostrar nuestra solidaridad con el grupo Pussy Riot la música como vehículo de expresión popular sirve en muchos casos para reflejar el estado de ánimo de amplios sectores sociales y no debería tener más limitaciones que las lógicas que atentan contra la dignidad y la libertad de las personas e instituciones.

1 pensamiento sobre “Las Pussy Riot, democracia y libertad de expresión.

  1. Tres de las componentes del grupo fueron detenidas en marzo después de que la Iglesia Ortodoxa Rusa reaccionara con indignación ante lo que calificó de «sacrilegio», mientras las otras dos siguen en libertad.

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