Machismo por Amado Ramírez.

Os ofrecemos este interesante articulo del psicólogo clínico Amado Ramírez sobre uno de los temas candentes de la actualidad que a veces trata de disimularse bajo otras premisas. Esperamos que resulte de vuestro interés.

Amado Ramírez

 

MACHISMO

 

Si Alguien cree que ese comportamiento está obsoleto…está muy equivocado. Los rasgos diferenciadores de esa conducta son: afán de control, anulación de la personalidad del otro, sugerencias ácidas y comentarios destructivos sobre el modo de pintarse, vestirse, hablar con amistades, sobre todo si son masculinas, descrédito de sus opiniones básicas sobre lo correcto e incorrecto de cada una de las acciones de la otra/otro(porque también hay “machismo” femenino)sugerencias sobre planes presentes y futuros que el controlador debe “aprobar” o no y un largo etcétera de “recomendaciones” o “invitaciones” a hacer lo “adecuado” y “correcto” que, poco a poco, van contaminando y determinando el modo de vivir la persona anulada. Todo ello lo hace alardeando de un supuesto “sentido del deber” y “amor” “vendiéndolo” al sometido como una relación de “apoyo”.

El machista anula toda ilusión, confianza y ganas de asumir riesgos ante proyectos o amistades nuevas, que el supuesto “protector”(maltratador en realidad) no deja fructificar. Otra de sus facetas más negras, es que, excepto en la relación con la maltratada, aparece como una persona encantadora fuera de casa.

Al principio, el machista es seductor, aparentemente cariñoso sutil y hace caer en las “redes”, con su apariencia, a muchas buenas y cariñosas personas que se confían y…se someten a sus criterios aparentemente “ayudadores” , cuando en la realidad matan todo crecimiento e iniciativa novedosa que pudiera ser ilusionante para la persona sometida.

Por supuesto… la obligan a dar todo tipo de explicaciones y justificaciones incluso para salir a dar un paseo. La persona, poco a poco, se llena de dudas y desconfianza sobre ¿cómo? actuar en cada caso y… consulta todo al maltratador o bien… actúa pensando en que le parecerá cada comportamiento y teme siempre…ser castigada, con reproches, indirectas, ironías e incluso violencias verbales o, en el peor de los casos…físicas.

Lo que el machista persigue con esa conducta es anular la libertad de la persona, despersonalizarla y hacerse dueño de ella para someterla a sus gustos y caprichos. Con el tiempo un simple gesto reprobatorio basta para que la persona sometida se “corte” en sus afanes de conductas que pudieran resultarle interesantes y de ayuda a su crecimiento, alegría o madurez.

Para que su “dueño” no se altere, no se enfade y esté contento, primero le observa y pregunta y luego… actúa, perdiendo así su libertad y creatividad. El panorama es desolador.

Al lado de una persona así…es imposible crecer y, por desgracia, esa conducta dirigida por el afán de dominio y los celos y en muchos casos la envidia, que desea evitar que el otro sea más valioso,( porque así le percibe aunque jamás lo reconocería) se encuentra en muchas personas de las nuevas generaciones. No es algo del pasado y es necesario concienciarse y defenderse de ese maltrato anulador.

Y ¿por qué? se acepta esa directividad?. Del mismo modo que a un elefante o un león recién nacidos se les doméstica y se les hace pasar “por el aro” y cuando son animales adultos podrían “comerse” al domador” pero le temen, la persona maltratada por el machismo, podría “comerse” a su controlador que le considera una propiedad y no una persona, pero éste le ha infundido tal miedo y sentimiento de culpa en el pasado que continua intentando…¡hacerle la vida agradable en lo posible para no tener conflictos¡. Increíble, ¿verdad?, pues es así. El machista solo te “acepta” y “quiere” si actúas como necesita su psiquis morbosa y enferma, de forma condicionada y rindiéndole vasallaje. Es incapaz de querer de modo incondicional.

 

Las soluciones don tres:

1.-. Que, por milagro, el maltratador tenga un vislumbre de luz de su morbosa y malvada forma de “proteger” anulando al otro y se ponga en tratamiento. Es algo escaso pero en ocasiones extraordinarias sucede.

2.-Plantarle cara no someterse, perderle el miedo ( que él llamará respeto) y no soportar sus controles y buscar la propia libertad a pesar de afán de limitarla.

3.-Apartarse definitivamente de él.

 

6. Septiembre del 2016   1 de la madrugada.

Amado Ramirez Villafañez es psicólogo